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No tengo tiempo para hacer ejercicio


Guía práctica para encontrar la motivación y comenzar sin dinero, sin equipo, y sin gimnasio

“Con lo que tengo que hacer en el día… ¿a qué hora voy a hacer ejercicio?”
Esta es una frase común, real y válida. Muchas personas en nuestros barrios se levantan temprano, trabajan todo el día, cuidan niños o adultos mayores, y llegan agotadas a casa. No tener tiempo no es una excusa: es una realidad. Pero también es cierto que sin movimiento, el cuerpo se apaga más rápido.

La buena noticia es que no necesitas gimnasio, ropa deportiva ni una hora libre para empezar. Solo necesitas algo más valioso: una razón fuerte para hacerlo.
¿Quieres evitar tomar más pastillas? ¿Ver crecer a tus hijos y nietos con salud? ¿Recuperar energía para tus días? Esa razón es tu motor interno. Cuando la tienes clara, el cuerpo empieza a moverse… aunque sea poquito.

¿Por dónde empezar?

  • Camina mientras haces otras cosas: al hablar por teléfono, en casa, al esperar el bus. Cada paso cuenta.
  • Usa las escaleras, no el ascensor.
  • Baila tu canción favorita en la cocina. Un minuto al día es más que nada.
  • Estira brazos y piernas mientras ves televisión.
  • Pon alarmas que te recuerden moverte 5 minutos cada hora.

El ejercicio no es ir al gimnasio. Es moverse más de lo que te mueves ahora.

Si tu vida ha sido dura, tu cuerpo ha resistido mucho. No necesita que lo castigues, necesita que lo cuides. Moverte no es un lujo, es medicina diaria. Y sí tienes tiempo: solo necesitas una razón más fuerte que el cansancio. Empieza con un paso hoy. Uno solo. Mañana, otro. Así comienza el cambio.

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