La DIABETES mellitus tipo 2 no es simplemente una enfermedad crónica, sino el resultado de un desorden progresivo en nuestro estilo de vida. Ocurre cuando durante muchos días consumimos mucha más energía —principalmente de harinas y azúcares refinados— de la que nuestro cuerpo necesita para funcionar. Así se llenan nuestras reservas al máximo, y el cuerpo responde cerrando la puerta a más glucosa, como un autobús que ya no admite más pasajeros. A esto se le llama resistencia a la insulina.
Las causas son múltiples: el consumo constante de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, el hábito de comer a cada rato, incluso sin hambre, la falta de sueño por la exposición prolongada a pantallas y luz artificial, y el olvido de los ritmos naturales que el cuerpo desarrolló durante miles de años.
Comprender la diabetes desde esta perspectiva es liberador: nos permite ver que el control está en nuestras manos, si corregimos los hábitos que nos llevaron al desbalance.